Y otra entrada después de otros muchos meses de ausencia...
Por lo que he estado leyendo y escuchando ultimamente, incluso en canales de televisión como CNN y similares, de algún sitio ha surgido la idea de que existe un cierto tipo de división ideológica entre los ateos. En principio el concepto de tal división resulta absurdo, ya que los ateos compartimos sola y únicamente la falta de creencia en un dios; es decir, el ateísmo es casi ideológicamente vacío, no somos como los cristianos que por pequeñas diferencias doctrinarias creamos nuestras propias denominaciones, ya que los ateos no tenemos una doctrina como tal. Habrá ateos que crean en OVNIs o en el Yeti y habrá ateos que no, habrá ateos en favor de los matrimonios homosexuales y habrá ateos que estén en contra, pero todos compartimos la falta de creencia en una deidad, y eso es todo lo que nos distingue como ateos.
Ahora bien, la idea de esta "división" a la que muchos medios se encuentran haciendo referencia, no es mas que la subclasificación en lo que muchos llaman ateos militantes y ateos pasivos. Los ateos pasivos serían aquéllos que, a pesar de no creer en dios, viven con respeto o indiferencia hacia la religión, ya que se contentan con pensar que cada quien puede creer lo que le venga en gana. Los ateos militantes, por el otro lado, serían los que se empeñan en atacar a la religión, denunciarla como algo dañino y tratar de esparcir el ateísmo cual misioneros en el África.
Primero decir que, a mi parecer, estos dos tipos de ateos sí existen. Sin embargo, esto no es una división ideológica (ya que seguimos compartiendo la falta de creencia) y no me parece que sea siquiera una división significativa. Segundo, me parece que recientemente ésta idea ha sido explotada por medios religiosos para aparentar un supuesto rompimiento en el ateísmo, que de alguna manera le restaría fuerza a lo que éste propone. Estos mismos medios son los que nos quieren hacer creer que gente como Richard Dawkins o Sam Harris son personajes peligrosos, ya que son ateos militantes y actúan en contra de la libertad de expresión o libertad de culto a la que todo mundo tiene derecho.
Pues bien, dentro de todo este marco yo me suscribo a la idea de un ateísmo militante. Desde los primeros meses de la existencia de este blog declaré que el objetivo de El Dios de los Ateos era el de servir como un evangelista del ateísmo, echar por tierra cualquier argumento que intentase disculpar a la religión y esparcir la falta de creencia en dios por todos los rincones del planeta. Creo que como ateos tenemos la obligación de ser militantes y activos, de denunciar a la religión y de acabar con toda creencia en lo divino. Pero... ¿por qué? - preguntaría un jesuita.
¿Por qué no callarse, respetar a la religión y dejar que cada quien crea en lo que quiera creer?
Ciertamente, esto pinta un cuadro muy bonito e inocente de la convivencia pacífica en sociedad. Sin embargo, ¿qué sucede cuando la religión implica creer que cierto grupo de personas son inmorales o malvadas? ¿Qué sucede cuando la religión implica creer que matar a cierto grupo de personas te garantiza la entrada a un paraíso después de la muerte? ¿Qué sucede cuando la religión implica creer que un familiar no debe recibir tratamiento médico de urgencia ya que de hacerlo perdería su lugar en el Cielo?
Las creencias no son solamente pensamientos que cada quien se queda para sí mismo. Las creencias llevan a la toma de acciones, lo que puede influir en la vida de terceros de manera perjudicial. Es por esto que el ateísmo militante es necesario; debemos eliminar todo tipo de creencias sobrenaturales de la arena política y social. La historia está plagada de ejemplos donde las creencias ciegas han tenido resultados trágicos.